martes, 25 de febrero de 2020

Canarias, Tropic, Estructura y Coyuntura


Sin entrar a valorar las conclusiones políticas del interesante artículo, de Carlos Martín publicado en la Revista Ejércitos sobre los fundamentos de la respuesta del Gobierno de España a las reclamaciones marroquíes, sí parece relevante reseñar los fallos estructurales existentes en la propia Administración General del Estado, para poder ofrecer distintas opciones políticas al Gobierno, y velar por la implementación de su decisión.

De acuerdo con dicho artículo, las políticas de un Gobierno son consecuencia principalmente de cuatro inputs:
  1. Las preferencias y percepciones de las élites sobre el entorno exterior
  2. Lo que dichas preferencias y percepciones “importan” en el proceso de formulación de las políticas del Estado
  3. Los riesgos políticos internos asociados con ciertas opciones en cuanto a política exterior
  4. Y lo propensas que sean las élites en cuanto a la asunción de riesgos
Respecto al primer input, el más relevante, los principales elementos de los que dispone el Gobierno para obtener información sobre el entorno exterior, son los servicios de inteligencia, los estudios de prospectiva y las lecciones aprendidas de sus propias acciones.

Otros elementos externos complementarios pueden ser la propia sociedad civil y las Administraciones Territoriales.

Siendo por motivos obvios materia reservada, es presumible que los servicios de inteligencia españoles, claramente liderados por el CNI, tengan alguna célula especialmente dedicada a Canarias, dentro de la estructura matricial adoptada tras la transición a su segunda época en el gobierno Zapatero. Cabe recordar en este punto, la creación de una célula dedicada a la inmigración exterior tras la crisis de los cayucos de 2006.

El área de prospectiva, es liderada desde 1982, por un departamento del Gabinete de Presidencia, con rango de Dirección General, que trabaja de manera asistemática, en las materias que el Presidente del Gobierno solicita asesoramiento "de luces largas", término empleado por uno de sus ex Directores Generales al autor de este blog, en una amable conversación por correo electrónico.

Recientemente, aunque hay indicios sobre la mejora de los elementos de prospectiva del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, todo apunta a que sólo con un simple cambio de nombre del departamento dentro del Gabinete de Presidencia, por muy rimbombante que sea, no se conseguirá un modelo integrado de todos los actores existentes dentro de la propia Administración General del Estado (AGE).

Respecto a las propias operaciones de la AGE destacan la existencia de Casa África y la falta de un Cuartel África.

La Casa África está especializada en Diplomacia Pública y Comercial, aunque siendo coto privado del MAEC y del Gobierno de Canarias, debería dar entrada a otros departamentos de la Administración (ej. Comercio) y a las propias organizaciones empresariales y asociativas canarias en su Consejo Rector.

La inexistencia de un organismo militar único conjunto, encargado de desarrollar las líneas de acción estratégicas militares (cooperación, disuasión, prevención y respuesta), en un teatro de operaciones con unas características geográficas (insularidad, lejanía del resto de territorio nacional) tan acusadas, que en el caso de España, podría expandirse hasta incluir el Golfo de Guinea, evita la existencia de un responsable claro que piense en las posibilidades que las islas ofrecen.

Esta falta de un "Cuartel África", búsquenle los expertos en comunicación nombre más cool, impide una reflexión sistemática a medio y largo plazo, de las posibilidades estratégicas que tienen las islas, así como de armonizar el planeamiento operativo y de fuerza, en un momento en que se tendrán que dar de baja los cazas CX de segunda mano, el Ejército de Tierra está inmerso en la penúltima reorganización, y suenan vientos con nombre de corbeta desde la PESCO, aún con las Avante ya exportadas a dos clientes distintos.

Pese a todo ello, España inició años atrás las prospecciones en las aguas en disputa, aunque no se dieron los siguientes pasos necesarios, para conseguir un estado final en una posición de ventaja que impidiera las reclamaciones de Marruecos, al no ser una actividad que tuviera el peso suficiente en los distintos organismos de coordinación existentes en el Departamento de Seguridad Nacional del gabinete de Presidencia.

A modo de conclusión, al poder político siempre le corresponderá el peso de la decisión, pero es responsabilidad de los profesionales que trabajan en la Administración, crear estructuras que permitan el entendimiento del entorno exterior, para ser capaces de darle forma de acuerdo a los intereses de España.

La definición de una estrategia, a través de la coordinación de distintos departamentos de la AGE, permitiría utilizar la posición geográfica que ofrecen las islas Canarias, como ventaja en la defensa de los intereses de España, más allá incluso de su propio ámbito geográfico.

Pasos importantes para conseguirlo, serían reforzar los servicios de inteligencia, institucionalizar la acción prospectiva dentro de la Administración, para identificar tendencias como la minería submarina y poder plantear respuestas con la antelación suficiente y la de disponer de una única voz dentro de las Fuerzas Armadas, para desarrollar líneas de acción estratégicas con auténtico sabor canario.

domingo, 23 de febrero de 2020

El Interés Nacional

Definir el interés nacional, salvo para titanes como Lord Palmerston, siempre ha sido una tarea ardua, tanto que muchos estadistas, han evitado hacerlo.

Aunque es pronto para juzgar los resultados del nuevo gobierno español, al repasar las líneas maestras de nuestra nueva política exterior, llama la atención, que España no tenga ningún objetivo particular, pudiendo dedicarnos a la gigantesca tarea de impulsar al mundo en 5 dimensiones distintas.

Se intentará diseccionar ahora, a partir de las declaraciones del máximo titular del Departamento, cuáles son esas líneas maestras, para conseguir tan indefinido y ambicioso objetivo.
Obtenido de:

http://www.exteriores.gob.es/Portal/es/SalaDePrensa/ElMinisterioInforma/Paginas/Noticias/20200220_MINISTERIO3.aspx

Con el objetivo principal de impulsar un mundo democrático, abierto, tolerante, multinacional e integrado


Tenemos las siguientes líneas de acción (LA), características básicas de una estrategia:

  1. Defensa de la democracia, derechos humanos y feminismo
  2. Apoyo a la integración regional y multilateralismo
  3. Apuesta por una economía global integrada, justa y equitativa
  4. Apoyo a la sostenibilidad y lucha contra el cambio climático
  5. Organización y funcionamiento del propio Ministerio

Sin entrar a valorar la LA 6, dado que hablar de digitalización en 2020 no puede más que considerarse una redundancia, las otras 5 LA merecen un mínimo comentario.

No hay ninguna referencia al contexto de seguridad internacional, que tanto en su vertiente tecnológica-comercial, como en su vertiente estratégica, claramente se ha reconfigurado en los últimos años, como señalan los últimos documentos de Estados Unidos (NSS/NDS), de la OTAN (SC) o de la propia UE (EUGS), que deberían servirnos como referencia en nuestra apuesta por el multilateralismo.

No cito a la propia Estrategia de Seguridad Nacional, ni a la Estrategia de Acción Exterior (si pueden calificarse de tal nombre), ambos documentos vigentes, para no hacer más leña del árbol no plantado.

Respecto a la LA 1, además que la conjunción salvo que sea adversativa, es más que repetitiva, se aclara posteriormente que sólo aplicará en situaciones de conflicto, ante los cuáles no tenemos ninguna postura de intervención ex ante.

En el área de cooperación, además de una nueva ley con desconocido propósito, se requiere más presupuesto, entendemos que para impulsar al mundo.

Las LA 2-4 no se desarrollan con detalle, sorprendentemente en base al perfil comercial de la Ministra.
Se señala al Brexit como relevante, pero no se hace ni tan siquiera una mención, aunque sea retórica (como el resto del documento), a Gibraltar.

En definitiva, una serie de líneas de acción, que no conducen a ningún interés nacional en el exterior, y de los que sólo se cuantifica un incremento de recursos para la cooperación internacional, quizá la más ineficiente de nuestras capacidades exteriores, debido a su excesiva descentralización, aunque en importantes observatorios, se opine justo lo contrario.